Los textos que publicamos en nombre de nuestra marca sirven para darle tono, voz, personalidad y apuntalar su posicionamiento. Además, cómo los planteemos será clave para fortalecer el vínculo entre la marca y su público objetivo. Y, si tienes un proyecto verde o responsable sabes de sobra que esa conexión es imprescindible.
Aún así, estas cosas muchas veces no parecen una prioridad. Pero merece la pena dedicar un tiempo a su definición, y no lo digo barriendo para casa, que también. Ten en cuenta que el tono de la comunicación es un reflejo de la identidad de marca. Poca broma.
Índice del post
Cómo establecer el tono de tu marca
Es un proceso previo a la ejecución de un plan de Social Media y de contenidos. De él obtendremos un documento de fácil y rápida consulta para trabajar a diario. La chicha del doc la tendremos tras reflexionar sobre estos puntos:
Los objetivos de la comunicación
No hay por qué limitarse a uno; esto dependerá de factores como el canal que usemos, si tenemos varias líneas de producto, si vamos a lanzar una campaña, etc.
Estos son los principales objetivos:
- Informar/comunicar sobre tus servicios y productos, que para algo los conoces mejor que nadie.
- Educar: si tu marca tiene un papel divulgador dentro de su sector.
- Entretener: divertir a la audiencia puede ser una buena forma de generar engagement y atraer atención hacia tu marca.
- Vender: poco más que decir.
- Crear comunidad en torno a la marca.
Los valores de la marca
Deben estar incluidos en tu plan de marketing. La misión y visión se transmiten también a través de los valores que comunicamos.
Quieres mostrar tu compromiso con la sostenibilidad, ¿no? Y transmitir cómo cuidas el medio ambiente a través de tu negocio. Pues tenlo claro: a la hora de definir el tono, hay que tener siempre en cuenta los intereses de la marca y cómo se posiciona o piensa ante cuestiones como la crisis climática, la eficiencia energética, el consumo responsable…
El target
Otra cosa que hay que tener muy bien estudiado. Si conocemos al detalle a nuestro público objetivo será más sencillo conectar con él hablando su mismo idioma. Aquí entran en juego los Buyer Persona, un concepto de Inbound Marketing muy útil para elaborar nuestros contenidos en base al tipo de individuo al que nos dirigimos. ¡Pero eso se merece otro post!
La personalidad de la marca
Elige como máximo tres adjetivos que definan a tu marca como si fuera una persona. También puede ser útil pensar en otros tres con los que NO lo harías. Informal, cercana, abierta, comprometida, responsable, seria, profesional…
Una vez elegidos, echa un vistazo a empresas similares para ver cómo gestionan la comunicación. Para inspirarte, claro. Nada de copiar, que nos conocemos 😛
El uso de la lengua
¿Vas a hablar en primera persona de plural, por ejemplo? ¿Cómo denominarás los conceptos más relevantes en torno a tu marca y lo que hace? ¿Qué clase de vocabulario emplearás? ¿Cómo será el uso de las mayúsculas? ¿Qué harás con el tema del género gramatical? ¿Cómo señalarás las opciones, enumeraciones y aclaraciones en un texto?
Recurrir al Diccionario panhispánico de dudas es una buena opción en esta fase. No hace falta recordar que respetar las normas ortográficas y gramaticales es un mínimo básico e imprescindible. Grábatelo a fuego: escribir bien es sexy… y muchas cosas más.
¿Hay un único tono?
Sí pero no; me explico: la marca tiene una única voz y personalidad, pero el tono hay que adaptarlo a los objetivos y a los canales.
Igual que las personas tenemos diferentes registros en función del entorno en el que nos encontremos, la marca deberá adaptarse al contexto y al tipo de público al que se dirija a través de él.
El tono de la comunicación no puede ser el mismo en Facebook que en LinkedIn o en la web corporativa. Eso sí, deben convivir sin chirriar ni generar sentimientos contradictorios o transmitir confusión.
Aquí te lo aclaro con esta tablita tan mona:
La clave: la coherencia
Es muy importante la naturalidad: un lenguaje forzado y encorsetado no transmite confianza ni transparencia. Las malas o hasta sutiles traducciones, tampoco.
Lo que cuentas tiene que ser tan único y singular como pretendas que sea tu marca sostenible y tu negocio verde; si repites lugares comunes, será complicado diferenciarte. No me refiero solo al clásico «empresa líder en su sector». Piensa en esas expresiones que jamás usarías en tu vida cotidiana: «puesto que», «visto lo cual»… a eso me refiero con forzar la lengua para no conseguir más que acartonamiento y provocar extrañeza. ¡Y encima con el objetivo primero de transmitir formalidad y seriedad! Tiro por la culata, total.
Por otro lado, ten claro que la coherencia no solo se nota en lo que cuentas, si no en cómo lo cuentas. Es obvio que los mensajes tienen que estar alineados hacia un mismo objetivo, pero también la manera de transmitirlos.
Imagina que una persona te sigue en redes sociales y se encuentra con una marca informal, cercana, hasta divertida; se interesa por tu web para ver en qué consisten tus productos y servicios y se da de bruces con textos cargados de «usted». Raro, como mínimo. Aclaremos esto en el siguiente punto, porque tiene mucha miga.
Errores a evitar en la redacción web
Tu web es tu casa, tus redes sociales… digamos que son parte de ella. Tenerla limpia y ordenada es importante, sí, voy por ahí con estos puntos:
- ¿A quién te diriges? Ya no me refiero a lo de más arriba, el rollo target, no; ¿hablarás de tú o de usted? Tenlo claro y, por dios, elige una opción, no las mezcles nunca.
- ¿Quién eres? Singular o plural, yo o nosotros. Una cosa o la otra, atención, no son recursos combinables tampoco. ¿Recuerdas lo de la coherencia de hace unas líneas? Pues eso.
- De los dos puntos anteriores, solo se puede derivar un caos en forma de incoherencia gramatical. Trata bien a los verbos; pasar del tú al vosotros implicará una ensalada de conjugaciones que no beneficia a nadie, y solo transmite dejadez y poca profesionalidad.
- Repasa, corrige y edita: nunca es suficiente. A cualquiera se nos escapan mil y un detalles al escribir demasiado rápido; pero, sobre todo en tu web, los textos deben ser impecables a nivel de puntuación y acentos. No hablemos de errores de tipeo.
- No te pases con las longitudes de las frases: cuando abrazamos el estilo barroco es muy fácil que el mensaje sea confuso y que encima la cosa derive en errores de puntuación y sintaxis. Benditas concordancias, respetémoslas.
- Estructura, porque la atención de la gente es más bien finita: construye párrafos cortos para facilitar el escaneo y la lectura rápida. No tengo más que decir.
La estética antes que la ética
Lo sé, suena muy radical. Igual es mejor un «el continente es tan importante como el contenido», venga.
Piensa en los recursos y el tiempo que dedicas a construir tu proyecto verde. Comunicarlo de forma eficiente puede marcar la diferencia.
¿Se te queda grande todo esto o, simplemente, prefieres dedicar todo tu tiempo a tu negocio? Entonces escríbeme y vemos qué podemos hacer para que tu marca hable como debe 🙂 Contacta ya para concertar una primera sesión online gratuita.
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