Mantener una frecuencia de publicación decente en nuestro blog a veces cuesta. Si eres profesional autónomo/a tendrás que sacar tiempo para redactar entre proyectos, comunicaciones con el cliente, informes, facturas y vida. Por eso, mejor si aprendes a escribir rápido y ágilmente.
Para que la redacción web nos lleve el menor tiempo posible sin sacrificar calidad, podemos seguir unas cuantas pautas. Porque, reconócelo, no hay nada más triste que tener tu blog desactualizado. No es lo mejor para tu marca personal, y además a Google también le hace poner esta carita 🙁 Veamos entonces qué truquillos podemos aplicar para redactar de forma eficaz.
Índice del post
1. Investiga antes de ponerte a escribir
No te dediques a escribir y buscar, escribir y buscar. Esta redacción interruptus además de ser poco ágil te hará perder el foco. Por eso, reúne primero todas las fuentes para tu artículo. Lo mejor es concentrarse en una sola tarea.
Aunque te apetezca ponerte a escribir sin más y dejar que la cosa fluya, la realidad es que lo hará a un ritmo más lento que si te informas primero sobre lo que vas a escribir. Conociendo con un poco más de profundidad la temática ganarás confianza y seguridad, y esto se traduce en escribir rápido.
2. Tómatelo como una tarea más
Y como tal, añádela a tu calendario. Si quieres que tu web posicione mejor tendrás que invertir tiempo en crear contenido frecuente y de calidad. No hay otra. Y si quieres posicionar será para que te encuentren mejor tus posibles clientes, ¿no?
Fijar un momento de la semana y una hora del día concreta para sentarte a escribir es muy recomendable. Te costará menos cambiar el chip y concentrarte si ya sabes que los jueves a partir de las 17 te toca redactar un post.
3. Crea la estructura de tu post
Establece el orden de las ideas que vas a tratar en el desarrollo del texto. No hace falta que sea una estructura muy elaborada con decenas de subapartados, céntrate en los H2 y algún H3 relevante.
De esta forma, si te han dado un tema concreto y datos para incluir en el artículo, será más fácil distribuirlos.
No olvides que la introducción debe ser clara pero también persuasiva, para enganchar y que te sigan leyendo. La conclusión final también es imprescindible; sin ella la lectura del texto dejará una sensación muy fea de «no acabado». También sirve para dejar claras tus reflexiones y resumir lo que has expuesto en el post.
4. No te bloquees con el título
Si ves que no te convence ninguno de los que se te ocurren, tómatelos como simples borradores. A veces las mejores ideas para títulos llegan una vez reposamos el texto. ¿Qué tal posponerlo al día siquiente?
5. Deja la edición para el final
Reconozco que esto me cuesta. Tiendo a guardar el borrador en WordPress casi de forma automática y previsualizar el post acto seguido. Al escribir rápido, como es natural, cometo mil errores. Los veo y me apresuro a corregirlos antes de continuar. ¿También te pasa esto? Pues que sepas que no agiliza para nada el proceso de redacción.
Ya puntuarás mejor después, revisarás las estructuras gramaticales que hayan quedado raras o buscarás sinónimos. Redacta sin miedo a equivocarte, porque lo harás seguro, pero editarás con calma antes de publicar y no pasará nada. No te obsesiones con encontrar el término perfecto, ya se te ocurrirá con una lectura y revisión posteriores. De nuevo, una tarea de cada vez para ganar eficacia y calidad.
Ah, y olvídate del autocorrector. Solo estará dispersándote con esos mensajes de ¡ojo, error! Te hará perder el hilo tontamente.
6. Elimina distracciones
Notificaciones, pestañas abiertas en el navegador con tus redes sociales… ya sabes a qué me refiero. Si quieres escribir rápido, tienes que ponerte a piñón y con cero interrupciones.
Escribir rápido y con calidad es posible
Que sí, que te lo digo yo. La calidad de tus contenidos no la determina la velocidad a la que redactas. Si tienes que arañar tiempo para dedicárselo a tu blog, mejor aprovecharlo al 100%.
Además, al publicar de forma regular, tendrás además la satisfacción de «llegar». Me explico: te marcarás una tarea y la resolverás. No siempre es posible con labores relacionadas con proyectos de clientes, y es una sensación muy positiva. Además, dejarás hueco libre extra en tu cabeza al eliminar el culpabilizador «debería escribir un post» que casi nunca cumples. Son todo ventajas, ¿no te parece?
