¿No has pensado nunca eso de cómo me las apañaría yo si hay una gran catástrofe? ¿Cómo sobreviviría, cómo conseguiría comida?
Y claro, la realidad es demoledora. No sabes cultivar, si alguien necesita primeros auxilios mejor que no se te acerque, lo de guiarte por las estrellas o encontrar el norte como que para otro día, dormir al raso fijo que es mejor que hacerlo en un refugio construido por ti… Vamos, que no durarías ni medio hora en el típico escenario apocalíptico en el que es probable que nos encontremos mañana o pasado. (La tele, sí, cuánto daño).
Llegado este punto, te llevas las manos a la cabeza, mientras niegas, y piensas: «No sé hacer nada útil. No sé hacer nada realmente útil».
Pero, ¿qué es ese calificativo de útil? Y, sobre todo, ¿por qué a veces pensamos en caos planetarios o apoteosis zombies como posibilidad? BASTA YA.
Bien, una vez asumes que, posiblemente, el resto de tu vida se desarrolle en un mundo similar al actual, sigues con el planteamiento. Útil es el abogado que traduce a humano documentos y procesos importantes. Útil es el médico, que cura pupas y salva vidas. Útil es el conductor del bus, que te lleva de un sitio a otro. Útil es el fisioterapeuta, que te devuelve a la vida cuando ya no te importaría perderla.
Vamos, que la utilidad de una profesión muchas veces nos la señala la vaga idea de «hacer cosas». ¿Qué cosas? Pues cosas. Ya, pero cuáles. Pues cosas necesarias, que hacen falta. ¡Cosas! Ays.
Índice del post
Lo que te toca oír cuando dices que te dedicas al marketing online
No era mi idea, pero al final me va quedar un post pelín de autoayuda. Dejémoslo en que, a veces, hace falta venirse arriba para conseguir hacer valer nuestro trabajo. Y si este humilde post anima a alguien, pues oye, contenta me quedo.
A lo que iba. Si os dedicáis a esto del interñec, al Social Media o a la consultoría de marketing online, seguro que os habéis visto en algunas de estas situaciones. Y, si os dedicáis a otra cosa, es posible que os reconozcáis en alguno de estos puntos:
- La gente piensa que «solo» publicas cosas en Facebook y si tal en Twitter. Y bueno, que eso ya lo pueden hacer ellos, que tampoco es para tanto. O sea que, a ver qué haces realmente y porqué te pagan. ¿Seguro que eres trigo limpio, ein?
- Uno que se empeña en saber mejor que tú a qué te dedicas. Vamos, un rollo del tipo «eres periodista porque estudiaste Periodismo» o «eres periodista porque hablas mucho de redacción web y eso es de periodistas solo». Para qué habrás dicho que juntas letras a ratos.
- En esta línea también está el «entonces lo tuyo es el diseño… ¿me haces el logo de mi empresa? Venga, algo baratito, ¿cuándo puede ser?». O un «si sabes de internet y eso, serás diseñador/a, claro. ¿Haces webs, no? ¿A cuánto? Así, una normalita».
Y échate a dormir.
Lo que te gustaría decir ante tanta simplificación
… y no dices por pereza, porque te llevaría demasiado tiempo, ¡porque estas en una fiesta, caray!
Como ya he comentado en otras ocasiones, nos toca hacer una tarea enorme de alfabetización digital. Sí, sí, no perdamos ocasión de hacernos valer y de mostrar todas esas «cosas» invisibles de las que nos encargamos y que son vitales para un negocio. Ni de explicar a quienes nos rodean, y no importa el tipo de relación que sea, por qué es tan importante la consultoría de marketing online.
Escuchas un montón para analizar después
No te queda otra que hacerte todo oídos. Muchas veces las personas no saben qué necesitan, pero lo primero es que te cuenten qué quieren conseguir. Para leer entre líneas y reconducir la cosa ya tendrás tiempo.
Acompañas
Qué ternura, eh. Pero sí, acompañas al cliente en un proceso en el que se perdería o que, incluso, ni siquiera habría iniciado por sí mismo. Y eso implica aconsejar, dar soporte, guiar. Pecata minuta, vamos.
Tocas muchos palos
Muchas veces lo que haces se tocará con la parte de producto. Otras entrarás de lleno en la de negocio. En cualquier caso, lo que aportas es algo de mucho valor porque además… (pasemos al siguiente punto)…
Das una visión global
No es baladí. El conocimiento compartimentado tiene su razón de ser y su utilidad, sí. Pero, como ya he dicho en anteriores posts, un punto de vista «desde arriba» es imprescindible. Y, añadiría, si es ajeno a ti, dueño del negocio, mucho mejor.
La visión global la conseguimos con la experiencia profesional en diferentes proyectos, algo de mucho valor. Por eso, cuando te contratan como consultor o consultora de marketing online, harás mínimo, estas cosas:
- Pararte a definir el público objetivo del cliente.
- Elegir los canales más adecuados para acercarse a él.
- Señalar los plazos para alcanzar los objetivos marcados.
- Pensar acciones para un público amplio pero también segmentado.
- Medir y analizar resultados.
- Proponer cambios y mejoras.
Ayudas a (re)encontrar el foco
Es la mejor manera de hacer un uso racional de los recursos y, por ello, no perder dinero ni tiempo ni quemarse antes de tiempo. El foco, sí, muy fácil de perder con el ritmo que impone gestionar un negocio. Con la consultoría de marketing online conseguimos que la gente deje de matar mosquitos a cañonazos.
Aportas un criterio profesional
Con ello me refiero a la toma de decisiones en base a la observación, a la racionalidad, a tu experiencia y tu formación. El sentido común y las corazonadas están muy bien, pero no podemos guiarnos solo mopor eso. Siempre puedes justificar y argumentar lo que haces, porque tus pasos están fundamentados.
Por qué conviene a un negocio una consultoría de marketing online
Estos argumentos son muy claros para que cualquiera pueda entender en qué puedes ayudarle. ¿Por qué necesitas de mis servicios? Verás:
- Porque es muy posible que necesites mejorar el posicionamiento de la web o ecommerce.
- Porque el planteamiento de vender a través de internet está siempre ahí.
- Porque hace falta que una marca sea potente, reconocible y que inspire confianza.
- Porque siempre se necesita conseguir más clientes.
En qué puede ayudar la consultoría de marketing online
- En aportar una visión fresca a la marca, su filosofía, valores, productos o servicios para transmitirlos de forma óptima.
- En diseñar una estrategia eficaz. El profesional elegirá las acciones y áreas en las que merece la pena invertir tiempo y esfuerzo.
- En mejorar la visibilidad de la empresa en buscadores con diferentes estrategias: marketing de contenidos, Social Media, email y vídeo marketing, etc.
- En ofrecer soluciones globales adaptadas a las necesidades que se han detectado.
- En ayudar a comunicar y vender, a partes iguales.
Concluyendo
Es gerundio, sí.
La consultoría de marketing online puede ser un punto de inflexión en un negocio si se contrata al profesional adecuado. Por eso, volviendo al arranque de este post, marketers, sí sabemos hacer cosas útiles y muy necesarias. El marketing no es algo accesorio ni prescindible para un negocio. Es vital: es toda una inversión de futuro. Y no barro para casa, lo creo firmemente.
Y… si has llegado hasta aquí, echa un ojo a mis servicios. Y… si me necesitas, silba.