Seguro que sabes comunicar muy bien para tus colegas de profesión, para algo has invertido tanto tiempo y dinero en desarrollar tu expertise. Pero, la barrera está en cuando le cuentas lo que haces a la «gente», ¿verdad?
¿Y quién es la gente?
Muchas personas, todas, y a la vez nadie. Vale, no nos pongamos trascendentes. Nos referimos a la «gente» a la que quieres llegar, esa que no comparte tus conocimientos pero es susceptible de contratarte por ellos.
Hablamos no solo de posibles clientes/as —tu público objetivo—, también de esas personas que te pueden recomendar. Con Internet, además de consumir, tenemos la opción de compartir contenidos sobre una marca. Estos comentarios y opiniones serán sopesados por otras personas a la hora de pensar su compra. Es un contenido de un valor enorme, que puede ser decisivo para que te elijan a ti o a tu competencia. Sí, hablo del el famoso User Generated Content (UGC).
Tanto si tienes una empresa de arquitectura sostenible como si quieres mostrar más allá de reducidos círculos los resultados de tu investigación científica, sigue leyendo.
¿Por qué tengo que hablar a esa gente en cristiano?
La respuesta parece fácil: porque si no, no te entienden. Pero añadiremos algunas cosas más, igual de vitales pero quizá menos obvias:
- Porque si no, no confiarán en ti: si plagas tu discurso de tecnicismos, parecerá que escondes algo, que solo quieres impresionar, que quieres disfrazar un discurso vacío… Lo que se dice es importante, pero el cómo se dice lo es más.
- Porque si no, no te encontrarán: la gente busca en Google tal y como habla, y ya ha quedado claro que no habla como tú, ¿no?
- Porque si no, no divulgarás información de calidad sobre tu trabajo: si tu objetivo es acercar los resultados de tu investigación científica a las personas de la calle, el lenguaje es vital.
- Porque si no, no mejorarás: las opiniones de personas que no son expertas pueden ser muy útiles para hacernos valorar otras perspectivas y olvidarnos de prejuicios.
En definitiva, adaptar nuestra forma de comunicarnos al interlocutor/a es una muestra de empatía y de interés por la otra persona. Y, de las sensaciones positivas que queremos generar, estas dos deben estar al principio de la lista.
¿Y si no quiero? ¿Y si no sé?
La respuesta es la misma para las dos preguntas: no lo hagas. Si elaborar un artículo especializado es un esfuerzo de por sí, cambiar de registro es un extra. Eso sí, ten en cuenta los contras que enumeramos anteriormente; crear una web comprensible para la mayoría, redactar una descripción clara de tus servicios, «traducir» a cristiano de tus mejores posts y encima hacerlo pensando en SEO, son tareas que puedes externalizar.
En esta línea, es muy interesante esta presentación que dejamos más abajo sobre género, estilo y registro para entender un poco más a que nos referimos.
En la otra línea, consulta mi servicio de traducción especial para temáticas peliagudas, aka marketing de contenidos, sazonado con una redacción SEO impecable y muchas cosas bonitas más. Conseguiré que te entiendan, seguro.
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