¿Os habéis buscado alguna vez en Google, a que sí? Seguro que en la primera página de resultados aparecen vuestras redes sociales. Por eso hay que cuidarlas con mimo, más aún si buscamos trabajo o nos movemos en el sector digital. Marca personal, le llaman.
Tras la sentencia condenatoria a Cassandra Vera he esperado ver reacciones en mi timeline. Y esperado y esperado y esperado.
Se puede caer el mundo que hay personas que siguen tuiteando sobre Content Marketing o pidiendo que te suscribas a su newsletter. Son publicaciones programadas, vale. Pero qué casualidad que nadie, o apenas los y las de siempre, hayan mostrado su (dis)conformidad con la ocurrido.
A priori toca nuestro sector —y no solo—; por tanto, es comentable, máxime con la repercusión que ha tenido.
Con tanto tiempo esperando, me ha dado por desgranar en un post algunas razones por las que, desde muchos perfiles profesionales, hay cero implicación en temas «delicados».
Y, por supuesto, encuentro otros tantos motivos por los que puede ser buena idea hacerlo un poquito. Nadie ha dicho que sea fácil encontrar un equilibrio entre lo personal y lo profesional, ¡ojo! 🙂
Índice del post
No quiero mojarme porque…
Este es mi perfil exclusivamente profesional
…. y aquí no vierto opiniones personales. Muy respetable y comprensible, desde luego. De hecho lo comparto en un tanto por ciento muy elevado.
Lo ideal es tener una cuenta personal y otra profesional en las redes sociales que más uses, con una separación muy clara. Hay otras opciones más viables, sobre todo si valoramos nuestro tiempo. Por ejemplo, puedes dedicar Facebook a temas personales y Twitter a los profesionales. Pero no olvides indicarlo, para evitar suspicacias.
Puedo perder seguidores o posibles clientes
Nunca sabes quién te puede leer, ni mucho menos cómo puede pensar. Un desacuerdo en algún tema sensible, por natural que sea, puede provocar que alguien ya no se interese por ti. Buscamos afinidad, estoy de acuerdo.
Está claro que si el objetivo de tus redes sociales o blog es puramente profesional, debes ceñirte a los cuatro temas relacionados para ir sobre seguro.
Prefiero evitar confrontaciones
Una discusión tensa no es lo más positivo para nuestra marca personal. Además, algunas personas pueden hacernos perder los papeles si tenemos un carácter fuerte.
Si no opinas, está claro que nadie podrá estar en desacuerdo contigo y las posibilidades de tener un desencuentro desagradable desaparecen.
Estoy de acuerdo, pero…
No somos máquinas: la espontaneidad se premia
Lo recordamos a menudo en nuestra web, y precisamente por eso usamos las redes sociales. Si ofreces cercanía, empatía y demás -ías, ¿por qué no mostrar de vez en cuando que tienes inquietudes y que hay temas que no te dejan indiferente?
Tu opinión es valiosa: no la escondas siempre
Opinar y mojarse es un acto de valientes, sí. Máxime con la que está cayendo. También es síntoma de carácter, de ideas claras y valores firmes. No opinar públicamente no implica que no tengamos opinión, faltaría más. Pero, si eludimos compartirla, ¿qué hay de la responsabilidad de posicionarnos en cuestiones que afectan a muchas personas?
El tema «internet» nos toca mucho, tanto como usuarios como profesionales. La libertad de expresión, la igualdad de oportunidades, la democratización de las comunicaciones, la información veraz, el respeto a la privacidad, las legislaciones antimonopolio, el derecho al pataleo… todas estas cosas, grandes en su mayoría, están atravesadas por el papel de la red en la sociedad.
Si estamos de acuerdo en esto, ¿podemos entonces mantenernos al margen de la actualidad política y social?
Demuestra que sabes de qué hablas
Vender al cliente la necesidad de manejar bien y de forma profesional una crisis en redes sociales debe pasar porque sepamos gestionar las nuestras propias.
Además, con habilidad es fácil no solo salir bien parado de una discusión on line; también podemos sacarle jugo para mejorar nuestro posicionamiento y fortalecer nuestra marca personal.
A vueltas con la marca personal: ¿dónde está el límite?
No hay necesidad de meterse en todos los saraos ni de convertirnos en polemistas. El sentido común marcará qué «guerras» nos tocan más a nivel personal y profesional, y cuáles son también las más coherentes con la imagen que queremos proyectar.
Hay que tener en cuenta que valores, creencias y buena parte de nuestras opiniones también suman en la construcción de nuestra marca personal. Que sea auténtica y coherente, está en nuestra mano.
«Si le gustas a la gente te escucharán, pero si confían en ti, harán negocios contigo». Zig Ziglar.
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